miércoles, 11 de julio de 2007

LA IMPORTANCIA DE LAS AMISTADES


¡Cuán consoladora son las amistades cuando estamos atravesando por circunstancias difíciles o momentos de enfermedad! Le doy gracias a Dios porque me ha bendecido con amistades que siempre estan pendientes y oran por mí. Él ha traído a mi vida las amigas correctas; amigas verdaderamente espirituales que son una gran pieza de apoyo.
Cada persona necesita tener amistades fieles que le sirvan de confidentes, de guías y consejeros para criar los hijos, y de compañerismo. Ellas nos aceptan, nos afirman, y comprenden. Podemos confiar en ellas y nos ayudan a crecer. Cuando estamos casados, nos proveen apoyo en nuestros matrimonios. Normalmente nuestras amistades más cercanas también comparten nuestra jornada espiritual. Uno de los placeres más grandes de la amistad es el vínculo espiritual que encontramos cuando oramos los unos por la otros. Esto solemos hacerlo cuando nos reunimos, o aun cuando nos llamamos por teléfono. En cierta ocasion estuve hospitalizada, y fue una oportunidad mas para ver cuantas amigas fueron a visitarme, llevarme flores, postales y a orar por mí. ¡Que hermoso es que estas amigas oraran por mi salud, señalando el camino de la confianza en Dios por sanidad, apuntando hacia el médico que realmente nos lleva en sus brazos y al que por sus llagas fuimos curados. Todos necesitamos de éste tipo de amistades para ayudarnos a llevar las cargas. Ellas nos ayudan a ser todo lo que Dios quiere que seamos. Con una mano están agarradas del cielo y con la otra nos traen consuelo. Son seres humanos espirituales, maduros, que Dios utiliza para influir y ayudar a otros a desarrollar todo su potencial! ¡Amistades como éstas, no tienen precio, son nuestra verdadera familia celestial! ¡Un abrazo fuerte a todas mis amigas, las quiero muchote! “Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios.” Salmos 55: 14 Copyright de Nilda

domingo, 8 de julio de 2007

NUESTRO LEGADO ESPIRITUAL


Nuestro legado espiritual, tendrá que ver con todo lo que usted y yo estamos haciendo con nuestra vida ahora mismo. Lo que usted haga hoy, es decir, las prioridades que demuestre a través de uso del tiempo y de sus recursos, como también la manera como maneje sus relaciones, dejará un testimonio para el bien o para el mal. ¿Cómo espera usted que lo recuerden las personas? Cuando pienso en el legado de Abraham, recuerdo su gran fe. Cuando me viene a la mente Moisés, recuerdo los Diez Mandamientos que Dios le dio. De David recuerdo los salmos, donde sus palabras de consuelo y aliento nos fortalecen. El apóstol Pablo. Fue asediado por obstáculos y sufrimientos, pero dejó unas epístolas que dan ánimo, guía y esperanza a millones de personas. Personalmente, siempre resulto bendecida por la iluminación que encuentro en sus epístolas. Pienso en el legado del Señor Jesucristo, nuestro ejemplo supremo. En los breves 33 años que vivó en la tierra, cambió la historia para siempre. Gracias a El, podemos vivir vidas extraordinarias, a pesar de nuestra condición caída. ¿Cuál será su legado? ¿De qué manera continuará Dios actuando a través de su ejemplo, cuando ya no esté más en esta tierra? Les animo a tener una actitud deliberada, no sólo en cuanto a su impacto aquí y ahora, sino en relación con su influencia para Jesucristo por toda la eternidad. Uno de los aspectos más importantes de su legado, es su testimonio cristiano. El ejemplo de cómo reaccionemos ante las adversidades, es un parte importante de lo que dejaremos a la generación siguiente. Si otros ven que usted pone su fe completamente en el Dios vivo, quien sabe si ellos harán lo mismo. Copyright de Nilda