"Considerad los lirios, como crecen, no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. " Lucas 12:26. En este texto Jesús nos muestra lo que El espera de nosotros, un tipo de crecimiento que dista lejos de la vida y crecimientos ordinarios que muchos cristianos buscan tener. Como los lirios, Dios espera se de en nosotros una vida de reposo y crecimiento sin esfuerzo alguno. pero a su vez una vida y crecimientos coronados con resultados gloriosos. Para cada alma que se convierte en un lirio en el jardin de Dios y que crece como estos crecen, se le dará el mismo vestido glorioso que lucen estos. Pues es un crecimiento que resulta en flores y frutos, conviertiendose en árbol plantado junto a ríos de agua, que dan su fruto a su tiempo, cuya hoja no cae y que prospera en todo lo que hace. Si preguntaras a los que crecen en el terreno de la gracia ¿cual es su secreto para crecer tan rápido y exitosmente, te contestarían que ellos no estan preocupados con su crecimiento, pues ni siquiera estan conscientes de que crecen. Solo se enfocan en permanecer en la Vid, confiando en la promesa de que si permanecen, llevaran su fruto. El trabajo que es cultivar, crecer, podar y regar se lo dejan al jardinero. Estos cristianos no estan preocupados en mirarse a sí mismos, sino en mirar a Jesús. Ellos no trabajan, ni hilan sus propios vestidos espirituales, sino que dejan esta obra en manos de su Gran Diseñador y Señor. Le han dado fin al esfuerzo propio y la autodependencia. Su interés en sí mismos, se acabó y transifirieron ésta área en manos del experto en jardines. Todos sabemos que crecer no es algo que provenga del esfuerzo personal.
Todo el estiramiento externo que se haga no hará crecer mucho más a un árbol de manzano. Pues el árbol crecerá sin tener que ser estirado. Si éste tiene vida no podrá evitar crecer. Esta vida es la vida escondida en Cristo, que nos hace crecer y dar fruto sin ni quiera darnos cuenta. No te preocupes con el crecimiento sino mas bien enfocate en estar anclado en el terreno de la gracia de Cristo que es fertil y su vida fluira constantemente en ti. Confia absolutamente en El. Probablemente hayas tratado lo que muchos cristianos hacen, de ser lirio y jardinero a la vez. En la vida espiritual no se puede ser ambos. No se puede querer ser un lirio hermoso y a la ves tomar la responsabilidad que le corresponde al divino jardinero. De ahora en adelante concentrate en tomar tu lugar correcto que es ser lirio. No debemos uurpar el lugar del jardinero, ni tratar de hacer el trabajo de éste. Por lo tanto no busques plantar las semillas tú mismo, podar ni vigilar tu propia vina. Confia solo en el Jardinero y queda contento con el cuidado que El
prepara y tiene para tí. El ha prometido que si confías poniendote en sus manos, ni aun Salomón con toda su gloria se comparará con el vestido que el Jardinero divino te hará lucir.