Hoy en día muchos viven como el mundo dicta que se debe vivir, hacen lo que se les dice que hagan o lo que ven que otros hacen. El poder de las marcas sobre algunos es increíble, tanto así que si una marca dice que se pongan algo porque que sin esa marca se es ridículo, lo hacen, ¿Por qué? Bueno simplemente porque es de marca o es la moda. Haciendo un análisis nos damos cuenta que los seres humanos son muy influenciables, esto se debe a que necesitan identificarse, necesitan saber que pertenecen y que significan. Que pertenecen a algo que es suyo y valioso, que significan algo para sus semejantes. Cuando leo el texto en Pedro veo que la marca verdadera es “Jesucristo”, esta marca que nos identifica nos pide que seamos diferentes al resto del mundo, que no nos conformemos con lo que el mundo se conforma, sino que vivamos una vida identificada con aquel que es la marca. Nuestra marca no es simplemente algo pasajero, Jesucristo será manifestado y con ellos nosotros heredaremos junto a el las promesas hechas. Llevar esta marca “Jesucristo” es pertenecer y identificarnos con Él, quien nos va transformando a ser como El. No por que es una moda pasajera, sino por que: ¡Con orgullo podemos decir mi marca es Jesucristo! porque el nos compró, somos de El y todo lo que le pertenece a El tambien es nuestro. "...como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 1Ped. 1:13-16