En las Sagradas Escrituras encontramos cerca de 50 citas que hacen referencia al yugo. Se usa en forma figurativa para dar a entender mejor, lo que Dios desea de cada uno de nosotros. El término se emplea en el sentido de: “a quién o quien estamos unidos. Jesús, lo usa como una invitación de unión a él mismo:“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” Mt 11: 29-30 Como individuos, matrimonio, familia e iglesia, Dios nos invita a unirnos a Él en nuestro transitar por esta vida. Imaginemos que este transitar sea como tirando de una carreta; la carreta simboliza nuestra propia vida. A veces la carga es liviana y otras veces se torna muy pesada. El avance de este transitar depende básicamente de tres aspectos:
1) Si estamos sometidos a un maestro que nos enseña como manejar o solucionar las etapas difíciles de nuestra vida. 2) De la capacidad de aprendizaje en nuestro coexistir (relaciones humanas, comunicación, amor y perdón) 3) Si los roles están bien definidos y aplicados (responsabilidades y trabajo en equipo). El Señor, como maestro, desea:
enseñarnos a convivir en paz, nos socorre y ayuda cuando por alguna razón nos lastimamos o nos fatigamos. Su enfoque está primordialmente en enseñarnos a amarnos (Jn 13:34), animarnos 1 (Tes 4:18), tolerarnos y perdonarnos (Col 3:13), unos a otros.
Enyugados, a Él, quien es manso y humilde de corazon, nos comparte su maestría, experiencia y carácter. De Él aprendemos nuestras responsabilidades afectivas y de convivencia (Ef 5:22-33) y también nuestras responsabilidades espirituales (Dt 4:9-13).
El propósito que mueve a nuestro instructor, es que nuestro viaje por la vida, a pesar de las circunstancias que nos rodean, sea de bendición y de victoria para cada uno de nosotros
enseñarnos a convivir en paz, nos socorre y ayuda cuando por alguna razón nos lastimamos o nos fatigamos. Su enfoque está primordialmente en enseñarnos a amarnos (Jn 13:34), animarnos 1 (Tes 4:18), tolerarnos y perdonarnos (Col 3:13), unos a otros.
Enyugados, a Él, quien es manso y humilde de corazon, nos comparte su maestría, experiencia y carácter. De Él aprendemos nuestras responsabilidades afectivas y de convivencia (Ef 5:22-33) y también nuestras responsabilidades espirituales (Dt 4:9-13).
El propósito que mueve a nuestro instructor, es que nuestro viaje por la vida, a pesar de las circunstancias que nos rodean, sea de bendición y de victoria para cada uno de nosotros
Los beneficios de una vida unida a Jesús, son innumerables. El desea ayudarnos en el manejo de todo tipo de situacion que se nos presente, como:
AFLICCIONES: Juan 16:33, Salmo 119:49-50
ANGUSTIAS: Salmo 86:7
CANSANCIOS: Isaías 40:29-31
ENFERMEDADES: Isaías 53:4-5
ESCASEZ: Filipense s 4:19, Salmo 37:25, Salmo 23:1
FRUSTRACIÓNES: Romanos 8:28
INSEGURIDADES: Salmo 61:3-4
NECESIDADES: Mateo 6:31-33
SOLEDAD: Mateo 28:20
TEMORES: Isaías 41:10
Jesus nos invita a tomar Su yugo, es decir unirnos a El, y asi hallaremos descanso para nuestra alma: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”