“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” 1 Cor. 6:20 ¡Cuántas veces se olvida esto! Sabemos que somos propiedad de Dios, comprados por precio de sangre, redimidos para Su gloria…pero muchas veces nuestro actuar puede no mostrar quién es nuestro dueño. Debemos reconocer que Dios es el Creador, el Señor y Dueño absoluto de todo. Reconocer la soberanía de Dios en todos los aspectos de nuestra vida... testificándolo no solamente con la boca, sino con los hechos. Recordemos que en medio de lo que le ofrecemos al Señor, lo que más le interesa a Él es nuestra condición espiritual más que la cantidad de nuestras ofrendas o sacrificios que hagamos. Él no necesita nada ( Hechos 17:25), pero sabe que su pueblo necesita aprender que “más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35), y por medio de la mayordomía cristiana, el Señor nos ofrece esta gran oportunidad. Recordemos que Dios mira nuestro corazón en medio de aquello que le ofrecemos a El, por lo cual hay algunos puntos que considerar para ser el tipo de mayordomo que Él espera que seamos:
Tener un corazón que reconoce a Dios como el Dueño. Mateo 10:8. Todo aquello que tenemos es por pura gracia, para cumplir con lo que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros y para Su Gloria.
Tener un corazón limpio. Uno sabe cuando se permiten “pecados” en nuestro corazón….quizás pensando erradamente que “nadie lo sabe”…pero El que más nos debe importar conoce nuestro corazón y pensamientos. Salmos 139:1-3
Tener un corazón en paz con otros. Mt. 5:23-24. No podemos decir que estamos bien con Dios… si no lo estamos con nuestros hermanos. Una relación de comunión con el Señor implicará una relación de comunión con las demas personas.
Tener un corazón obediente. 1 Samuel 15:13-22. La obediencia a Su Palabra agrada al Señor más que cualquier ofrenda. La medida de nuestra obediencia a Dios es la medida de nuestro amor a Él. “Si me amáis guardad mis mandamientos” Juan 14:15
Tener un corazón agradecido. La ofrenda del perfume en Mateo 26:6-13, fue un perfume de gran valor, pues fue de olor grato a Jehová, proviniendo de un corazon sumamente agradecido.
Tener un corazón fiel. 1Corintios 4:2. Somos mayordomos de Diosy estamos en deber de usar todo lo que Dios nos da para su honra y gloria, no para la nuestra.
La mayordomía es el cuidar y usar todo lo que el Señor nos ha dado. No es solamente las cosas materiales, sino también incluye nuestro cuerpo, nuestro tiempo, nuestra familia, nuestros talentos, nuestros dones, usar el evangelio para llevarle liberacion y sanidad del alma a los necesitados. Tenemos que darle cuentas al Señor del uso de todo lo que El nos ha dado. Como hijo de Dios ¿vives para Él? A veces decimos... ¡No tengo tiempo! No hay tiempo para orar, leer y meditar en la Palabra diariamente y por supuesto si no hay tiempo para esto, mucho menos lo habrá para evangelizar en espiritu y en verdad, ya que esto ultimo es resultado de lo anterior. Pero la excusa es que hay demasiados compromisos, la escuela de los niños, el trabajo, la familia, etc., y sencillamente ¡No hay tiempo!. ¿Es este su caso? Miremos a nuestro alrededor y las necesidades que allí hay. Siempre habra alguien necesitado, aun en medio de nuestro trabajo, esperando por una palabra de aliento que el evangelio de paz puede dar. Seamos prácticos en el amor. Un abrazo puede ser muy terapeutico y reflejar a otros el amor de Dios. Administremos nuestro tiempo personal, para darlo a los demás. Mostremos la verdadera madurez de ser profundamente espiritual...siendo profundamente prácticos.
¡Cumplamos aquello para lo que fuimos llamados por Dios: servir a otros, dandole toda la honra y la gloria a Su Nombre!
La mayordomía es el cuidar y usar todo lo que el Señor nos ha dado. No es solamente las cosas materiales, sino también incluye nuestro cuerpo, nuestro tiempo, nuestra familia, nuestros talentos, nuestros dones, usar el evangelio para llevarle liberacion y sanidad del alma a los necesitados. Tenemos que darle cuentas al Señor del uso de todo lo que El nos ha dado. Como hijo de Dios ¿vives para Él? A veces decimos... ¡No tengo tiempo! No hay tiempo para orar, leer y meditar en la Palabra diariamente y por supuesto si no hay tiempo para esto, mucho menos lo habrá para evangelizar en espiritu y en verdad, ya que esto ultimo es resultado de lo anterior. Pero la excusa es que hay demasiados compromisos, la escuela de los niños, el trabajo, la familia, etc., y sencillamente ¡No hay tiempo!. ¿Es este su caso? Miremos a nuestro alrededor y las necesidades que allí hay. Siempre habra alguien necesitado, aun en medio de nuestro trabajo, esperando por una palabra de aliento que el evangelio de paz puede dar. Seamos prácticos en el amor. Un abrazo puede ser muy terapeutico y reflejar a otros el amor de Dios. Administremos nuestro tiempo personal, para darlo a los demás. Mostremos la verdadera madurez de ser profundamente espiritual...siendo profundamente prácticos.
¡Cumplamos aquello para lo que fuimos llamados por Dios: servir a otros, dandole toda la honra y la gloria a Su Nombre!