Jesús se encontró con una mujer samaritana cerca del pozo de Jacob, en las afueras de una ciudad llamada Sicar. Esta mujer había tenido cinco maridos, y el hombre con el que vivía en ese momento no era su marido. Ella no podía calmar su sed aunque bebía de aquel pozo todos los días. Jesucristo se la encontró allí con Su Palabra de Salvación: "Cualquiera que bebiere de ésta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna."
Nosotros, como seres humanos, tenemos la tendencia a buscar la felicidad en el dinero, el prestigio, el poder, el placer o la perfección. Sin embargo, ¿pueden estos valores calmar la sed de nuestras almas? ¿Podremos descansar y estar satisfechos con ellos? Como fuimos creados a imagen de Dios, deseamos la vida eterna y nos lamentamos de nuestra condición de mortales. sin embargo, nacemos siendo pecadores y en ésta condición no podremos entrar en el reino de los cielos. Por tanto podemos afirmar que resolver el problema del pecado es de epecial importancia y es el problema más urgente para todo pecador. Pero el Mesías, quien es Jesús vino con la misión de resolver éste grave problema. El vino para traer el Evangelio del "Agua y el Espíritu" para erradicar todos nuestros pecados para siempre. Y ha hecho que cualquiera que crea en la justicia de Dios a favor nuestro, otorgada por medio del sacrificio de su único Hijo, pueda nacer de nuevo sin excepción. Si no la has aceptado aun, recíbela en tu corazón para que puedas tener acceso a las bendiciones abundanes de la vida eterna, que solo se reciben por los méritos de la sangre preciosa de Jesús! Copyright de Nilda
Nosotros, como seres humanos, tenemos la tendencia a buscar la felicidad en el dinero, el prestigio, el poder, el placer o la perfección. Sin embargo, ¿pueden estos valores calmar la sed de nuestras almas? ¿Podremos descansar y estar satisfechos con ellos? Como fuimos creados a imagen de Dios, deseamos la vida eterna y nos lamentamos de nuestra condición de mortales. sin embargo, nacemos siendo pecadores y en ésta condición no podremos entrar en el reino de los cielos. Por tanto podemos afirmar que resolver el problema del pecado es de epecial importancia y es el problema más urgente para todo pecador. Pero el Mesías, quien es Jesús vino con la misión de resolver éste grave problema. El vino para traer el Evangelio del "Agua y el Espíritu" para erradicar todos nuestros pecados para siempre. Y ha hecho que cualquiera que crea en la justicia de Dios a favor nuestro, otorgada por medio del sacrificio de su único Hijo, pueda nacer de nuevo sin excepción. Si no la has aceptado aun, recíbela en tu corazón para que puedas tener acceso a las bendiciones abundanes de la vida eterna, que solo se reciben por los méritos de la sangre preciosa de Jesús! Copyright de Nilda