
El escritor de la carta a los hebreos (Heb 4:3) dice que nuestras obras fueron preparadas para nosotros por Dios desde antes de la fundación del mundo.
De acuerdo con estos versículos, Dios nos escogió y reservó las obras de nuestra vida aun antes de que naciéramos y de que el mundo fuera creado. Por esa razón es que debemos dejar de hablar de nuestros ministerios, como si fuera algo que nosotros emprendemos y realizamos por nuestro propia iniciativa o habilidad. En San Jn 5: 15 Jesus dijo…. Separados de mi nada podeís hacer.
Por eso en lugar de alardear de nuestros logros o conocimientos deberíamos comenzar cada día diciendo Senor aquí estoy listo para hacer lo que tu quieres que haga. Estoy aquí para que tu gracia fluya en mi vida y me capacite cada día mas para que tu deseo sea hecho en mí. Yo solo puedo ser lo que tu me permitas, y hacer solo lo que tu poder me capacite para realizar. Pues cada victoria en mi vida es para tu gloria y no para la mía.