"Pedro dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y el dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo, y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano asió de él, y le dijo: "Hombre de poca fe, por que dudaste?" (Mateo 14:28-31). El creyente normal y corriente piensa que la conversión es algo sobrenatural, pero que la vida que le sigue no lo es, sino que se lleva a cabo con un esfuerzo muy grande de su parte. Piensa que tiene que tratar de vivir como Cristo vivía. Ve la vida en términos de luchar para ser como Dios quiere que sea. Piensa que ha de hacer un esfuerzo enorme para mantenerse a flote y cuando se agota y se hunde, allí estará Cristo para rescatarlo. Ve a Cristo caminando sobre las aguas y él nadando a su lado intentando ir a su ritmo. Piensa que hay muchas leyes que recordar y cumplir, muchas cosas que aprender y hacer. Que es cuestión de intentarlo, fallar, arrepentirse e intentarlo otra vez. El camino por delante le parece largo y escabroso, se desanima a veces...se cansa, luego se hunde. Espera ver una mano que le alcance y lo levante para empezar otra vez. Este pobre creyente lo ha entendido mal. Si algo nos está diciendo este texto, no es esto. Nos está diciendo que la vida cristiana es igual de sobrenatural que la conversión. De la misma manera que no podemos salvarnos, tampoco podemos vivir la vida cristiana por nosotros mismos. Lo que hemos de hacer es dejar de intentarlo. Para algunos el llegar a esta determinación les puede costar anos. Cuando el Señor le dijo a Pedro: Ven, le dio el poder. Con este poder Pedro caminó sobre las olas. Solo cuando dejo de confiar en la capacidad del Señor de mantenerlo a flote por esforzarse El mismo, se hundió. La idea no es mirar a Jesús y esforzarse uno mismo. La idea es mirar a Jesús y recibir el poder. El poder se recibe solo por la fe. Cristo lo dijo: "Hombre de poca fe, porque dudaste? " Cuando caminaba bien era hombre de mucha fe. Esto es lo que el Señor quiere de nosotros, nuestra fe. Por la fe en El, en Su obra completada y su Brazo Poderoso a favor nuestro (no la fe en nuestras obras incompletas y el brazo de la carne tan debil) es que recibimos el poder para vivir una vida sobrenatural. El Señor Jesús te dará su Poder como un intercambio por tu fe. Si le dices: Señor, si eres tu: sé que eres capaz de mandar que yo vaya a ti sobre las aguas de la vida, de los problemas, de las dificultades. Entonces El te dirá Ven! y te dará el poder, que recibirás por haber confiado en El para hacerte andar desde aquí hasta el cielo. Gloria a Dios, alabado sea por Su gran Poder!