miércoles, 1 de agosto de 2007

TOMANDO LA POSICION DE PRINCIPES Y PRINCESAS


Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salvador, somos una nueva creación, que ha dejado el pasado y su vieja identidad donde pertenece...a los pies de la cruz. Al aceptar el llamado somos adoptados como hijos y pasamos a tomar nuestro lugar en la familia de la realeza celestial. Desde ese entonces somos príncipes o princesas del Rey de reyes. Desafortunadamente, muchos han cambiado la verdad de lo que Dios dice que somos, por una versión manchada de su imagen, vestidos de la aprobación de otros y adornados con sus propias inseguridades. Sin embargo hoy, usted también puede reclamar su posición en este reino porque su Padre el Rey tiene un propósito divino para usted. Puede descubrir cómo vivir la vida de realeza que le pertenece en Cristo el Rey, sabiendo que Él también nos capacita para vivirla aquí y ahora. La palabra de Dios nos dice que Él quiere derramar todos sus favores sobre nosotros. El Rey quiere darle todo don perfecto que proviene de Él, no porque usted se lo merezca o sea perfecto, sino porque Él es bueno. Pero para que esto se haga una realidad en su vida, tiene que expandir su fe y visión. Deje atrás la manera negativa y limitada de pensar, las fachadas e imitaciones religiosas y comenzar a visualizarse como Dios desea que usted lo haga: como un hijo digno del Rey que llevó una corona de espinas para que usted pudiera vivir desde aquí llevando una corona de gloria y honor como hijo del Rey del Universo. Una forma errónea de pensar detendrá el poder gozar las bendiciones que nuestro Dios tiene para nosotras. Mire con los ojos de la fe y disfrute su nueva identidad de príncipe o princesa gracias a Cristo. Acepte el reto y disfrute la posición de realeza en la familia celestial en que Dios pensaba para usted cuando le redimió. Así podrá reconocer el gran impacto que usted puede tener en el mundo que le rodea. Tomado del Libro PRÍNCIPES Y PRINCESAS DEL REINO, autora Nilda Vazquez.

domingo, 29 de julio de 2007

NO DEJE DE CONFIAR EN DIOS


Nos hace muy bien a todos poner nuestra confianza en Dios, nos hace crecer, nos hace sentir que Él está allí a pesar de todas las situaciones. Estas situaciones son necesarias para crecer en confianza y saber que en todo podemos confiar. Es verdad que nadie desea estar en dificultades para ver la actuación de Dios, pero es necesario saber tomar cada situación que debemos enfrentar, como una oportunidad para acercarnos a ejercitar nuestra confianza en Dios. Allí es donde todas las preguntas serán respondidas y todas las cosas imposibles podrán verse lentamente posibles. Debo decir, que la confianza en Dios se traduce en una palabra: “fe”. La palabra de Dios dice: Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que a Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6 Nuestro Padre celestial no necesita demostrar quién Él es, Él no tiene dudas de su identidad ni de su poder. Solo desea que nosotros reconozcamos quién Él es. En una oportunidad Jesús le pregunta a sus discípulos lo siguiente: Él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Mateo 16:15 Pedro dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente. Mateo 16:16 Esta declaración era importante en la intimidad de su relación. Nuestra declaración y confianza se basa en primer lugar en la intimidad de nuestra relación con Dios. Es importante declararlo y que quede bien fijo en nuestro corazón. Copyright de Nilda

FE PROBADA CON FUEGO


¿Cómo puede Dios producir oro del fuego de nuestras tribulaciones? En el momento no podemos ver mas allá de nuestras circunstancias. Quizá hayas tenido un plan trazado para tu vida, y ahora te das cuenta que ese plan tiene que morir al tu ceder a la estrategia oculta de Dios. Sin embargo puedes encontrar que el amor y la fidelidad de Dios te pueden mantener firme a pesar de tus desilusiones. Personalmente sé en lo mas profundo de mi corazón que Dios tiene un plan maravilloso para nuestras vidas, mucho mejor que nuestro propio plan. Proverbios 3:5 es una promesa la cual debemos internalizar: “Confía en el Señor con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento”. Debemos aprender a confiar en Dios en el transcurso de nuestras vidas reconociendo que si nos apoyamos en nuestro propio entendimiento, la vida se hace abrumadora. Podemos ser probados con circunstancias tan calientes como el fuego, como lo fueron los amigos de Daniel, Sadrac, Mesach y Abednego. Estos fueron echados a un horno de fuego que el Rey mando a calentar siete veces más de lo normal. Sin embargo estos se mantuvieron intactos en medio del horno. Cuando el Rey miró dentro del horno vió cuatro hombres en lugar de tres. ¡Este era Jesús, quien se paseaba en medio de ellos! Estos hombres salieron del horno sin siquiera oler a fuego, y sin las ataduras con que habían entrado. Estaban libres en medio del fuego porque Jesús los liberó de la destrucción del fuego y las ataduras. El también puede liberarte de las ataduras, para que en medio de las circunstancias que estes atravesando, con tu confianza puesta en Él, puedas sentirte libre en tu interior. Él, nunca nos deja. ¡El no lo hará! Él dice que es fiel para completar la buena obra que ha comenzado en nuestras vidas, a Su manera y en Su tiempo. Lo importante es dejarnos fluir con Su plan, aunque no lo entendamos en el momento ni tengamos la menor idea de lo que es, porque realmente Dios es fiel, y podemos confiar plenamente en Él. “Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho mas preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.” 1 Pedro 1:7 Tomado del libro, Refrescandonos en Su Presencia, autora Nilda Vazquez