Debemos preguntarnos si en el plano espiritual estamos viendo correctamente. La ceguera espiritual es la incapacidad total de entender las verdades espirituales, no entendiendo las cosas de Dios. Sabemos que un incrédulo es ciego espiritualmente, y sólo la luz de Cristo en su vida puede cambiar esta situación. Pero…¡cuántas veces nosotros transformamos nuestra visión espiritual en una ceguera parcial! Teniendo la capacidad de ver…no logramos percibir la realidad espiritual quedándonos pegados en la superficie de las cosas… sin sumergirnos en las profundidades de nuestra relación con Dios y lo que Él pide de nosotros… Hay ciertas formas de mirar que causan esta ceguera parcial…
Una mirada incorrecta de mi misma. Romanos 12:3 Saber quién soy, mirarme con cordura , sin sobrestimarme ni subestimarme. El valor que tengo está dado por el precio que Cristo pagó por mi en la cruz.
Una mirada incorrecta hacia los demás. Filipenses 2:3-4 Aprendamos a mirar con compasión, estimando a los demás como superiores a nosotros [no mejores, sino en cuanto a prioridad de servicio y entrega]. A veces estamos tan cargados con nuestros problemas que no miramos a nuestro alrededor para extender una mano a los demás y ver su necesidad de Dios, consuelo, ayuda.
Una mirada incorrecta a lo material. “ no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Fil. 4:8 A veces nuestra visión está tan atrapada por lo terrenal que en la elección de lo que debemos hacer, actuamos como Lot, viendo lo que está delante de nuestros ojos… mientras Dios tiene algo especial para nosotros si tan sólo levantáramos nuestra mirada…hacia Él.
Una mirada incorrecta del servicio a Dios. Cada uno de nosotros tenemos un llamado a servir a Dios y glorificarle con nuestras vidas. En algún momento de nuestra vida cristiana nos pusimos delante de Él, con nuestras manos extendidas y promesas en nuestros labios…pasa el tiempo…y puedo haber dejado de entregar y empezado a pedir… ¡Que nuestra entrega a Dios sea sin retiros, sin reservas, sin lamentos!
¡Tengamos una mirada correcta de Dios, de quién es Él y lo que hizo por nosotros!¡ Busquemos tener la visión correcta , teniendo la capacidad de ver la presencia de Dios, de percibir Su poder, de concentrarnos en Su plan para nosotros a pesar de los obstáculos! Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:25
Una mirada incorrecta de mi misma. Romanos 12:3 Saber quién soy, mirarme con cordura , sin sobrestimarme ni subestimarme. El valor que tengo está dado por el precio que Cristo pagó por mi en la cruz.
Una mirada incorrecta hacia los demás. Filipenses 2:3-4 Aprendamos a mirar con compasión, estimando a los demás como superiores a nosotros [no mejores, sino en cuanto a prioridad de servicio y entrega]. A veces estamos tan cargados con nuestros problemas que no miramos a nuestro alrededor para extender una mano a los demás y ver su necesidad de Dios, consuelo, ayuda.
Una mirada incorrecta a lo material. “ no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” Fil. 4:8 A veces nuestra visión está tan atrapada por lo terrenal que en la elección de lo que debemos hacer, actuamos como Lot, viendo lo que está delante de nuestros ojos… mientras Dios tiene algo especial para nosotros si tan sólo levantáramos nuestra mirada…hacia Él.
Una mirada incorrecta del servicio a Dios. Cada uno de nosotros tenemos un llamado a servir a Dios y glorificarle con nuestras vidas. En algún momento de nuestra vida cristiana nos pusimos delante de Él, con nuestras manos extendidas y promesas en nuestros labios…pasa el tiempo…y puedo haber dejado de entregar y empezado a pedir… ¡Que nuestra entrega a Dios sea sin retiros, sin reservas, sin lamentos!
¡Tengamos una mirada correcta de Dios, de quién es Él y lo que hizo por nosotros!¡ Busquemos tener la visión correcta , teniendo la capacidad de ver la presencia de Dios, de percibir Su poder, de concentrarnos en Su plan para nosotros a pesar de los obstáculos! Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. Santiago 1:25