
“Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros.” Génesis 22:3-5“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.” Hebreos 11:17-19 Abraham estaba seguro que de alguna manera Dios cumpliría la promesa. Mientras estamos viviendo en medio de circunstancias favorables y sin perturbación, la fe duerme como una idea no desarrollada en nuestra mente. Pero cuando somos empujados en medio de circunstancias difíciles y no tenemos de quien depender, sino de Dios, entonces la fe aumenta repentinamente hasta hacerse, un principio real y dominante en la vida.
No miremos las dificultades que estorban el camino, sino el maravilloso poder y la gran fidelidad de Aquel que hizo la promesa. El la cumplirá, porque no es hombre para que mienta. Confia en El y El hará!!!
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