La Palabra enseña que la oración es un acto por el cual verdaderamente se entra a la presencia de Dios. Si tu piensas en la oración como un medio para entrar en la presencia de Dios, podrás entender por qué suceden cosas maravillosas cuando tu oras. Cuando ores, puedes imaginarte que te acercas a Dios y experimentas su imponente santidad. Cuando tu te acerques a Dios, no es apropiado entrar súbitamente en su presencia y bombardearlo con tus necesidades. Primeramente agradécele todo lo que Él ha hecho por ti. La acción de gracias es el modo apropiado de acercarse a Dios.Tu puedes estar tan ocupado en presentar tus pedidos a Dios en oración que olvidas separar un tiempo para expresar gratitud. ¿Qué decir de los motivos presentados anteriormente y que Él ya contestó? Es cierto que uno no recibe todo lo que pide. Puede que tu aun estes aguardando una respuesta. A veces, la respuesta que esperas no es parte del plan de Dios, y Él te ofrece una respuesta que es mejor para ti de la que aguardabas originalmente. También es cierto que Dios responde muchas de tus oraciones de la manera en que las expresastes. El siguiente paso para orar con fe, requiere que tu te concentres en la persona del Padre y lo que Él significa para tu vida. Jesús nos enseñó a los discípulos simplemente a orar. Les mostró cómo conocer al Padre mediante la oración. El hecho de concentrarte en Él contibuira a que hagas el hábito del devocional. Te ayudará a superar distracciones o requisitos para conocer a Aquél a cuyo trono tu te acercas. Te ayudará a comunicarte con Él. Deja de lado los demás pensamientos al perseverar en tu esfuerzo para concentrarte en el Padre. Al acercarnos a Dios mediante la oracion debemos ir en actitud de alabanza, como lo indica el Salmos 104:4. La alabanza se basa en la adoración a Dios. La adoración es lo que tu haces al honrar a Dios o rendirle culto.Cómo se hace esto? No importa que uno esté arrodillado, de pie, sentado o reclinado. La alabanza es un elemento importante de la oración, sin tener en cuenta cómo tu alabas a Dios ni bajo qué circunstancia lo haces. La alabanza ha de ser constante, como lo indica el Salmos 34:1. La alabanza eleva tu vida de oración por encima de ti mismo. Copyright de Nilda
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