lunes, 1 de septiembre de 2008

NO HAY PORQUE DESESPERAR

Todos los milagros que registra la Biblia empezaron con un problema. Por eso si usted tiene un problema, no se desespere. Porque esto quiere decir que usted es candidato a recibir un milagro de Dios. Pero tiene que extender la mano y tomarlo. Dios hace lo imposible pero quiere que nosotros hagamos lo posible. Un buen ejemplo de esto lo tenemos en Juan 9:1 Cuando Jesús se encontró con un ciego de nacimiento, al cual le unto lodo en los ojos y lo mandó a lavarse en el estanque de Siloé. A lo mejor podríamos pensar: ¿Porque no le dijo solamente que fuera sano y ya? ¿O porque no dijo a sus discípulos que guiaran a aquel ciego hasta el estanque? Jesús tenía poder y autoridad para hacer cualquiera de estas cosas, pero no lo hizo así porque el quería enseñarles tanto a ellos como a nosotros que tenemos que extender la mano y tomar los milagros. Aquel hombre lo hizo: creyó a Jesús, fue se lavo con el agua del estanque y regresó con la vista sana. Pudiendo ver. Y Dios quiere que nosotros también demos ese paso haciendo nuestra parte. Y nuestra parte es que usted extienda sus manos y aplique en sus ojos espirituales el agua de vida de su palabra. Cuando usted haga esto que es confiar plenamente en los meritos de Cristo a su favor y en su palabra viva, entonces usted podrá flotar por encima de las situaciones difíciles y elevarse como el águila. Haga esto y yo le prometo anticipadamente el triunfo.

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